Tener una boca sana y con una sonrisa perfecta es el objetivo de mucha gente, pero hay que tener en cuenta qué formas son las correctas para conseguir ese objetivo. El uso de enjuagues bucales es un complemento perfecto para conseguir una higiene correcta, pero siempre sabiendo que no se puede sustituir por el cepillado, bien sea con cepillo eléctrico o manual.
Los dientes únicamente representan el 25% de la capacidad bucal, por lo que utilizar únicamente el cepillo no es una buena solución. Los enjuagues bucales consiguen llegar a lugares donde el cepillado no lo hace, por lo que la combinación de ambos es la mejor solución. Junto a ello se le suma el uso del hilo dental que también consigue llegar a lugares donde el cepillo no logra hacerlo. Por lo tanto cepillar los dientes, utilizar el hilo dental y finalmente enjuagarse, por este orden, son el correcto procedimiento para conseguir esa boca sana que deseamos.
Ventajas del enjuague bucal
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Sensación de frescor: Los enjuagues bucales normalmente son con sabores de frescor, que permiten tener una sensación agradable.
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Contra el mal aliento: Los enjuagues bucales no son una solución definitiva para quitar el mal aliento, pero sirven junto con el cepillado para eliminar el sabor desagradable.
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Elimina bacterias: Permite eliminar bacterias y gérmenes que quedan en la boca aunque se produzca un buen cepillado.
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Protección frente a las caries: Los enjuagues bucales en su composición están formados con flúor, que ayuda a conseguir unos dientes más fuertes y con mayor protección frente a las caries.
Desventajas del enjuague bucal
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Intoxicación: La composición con alcohol de algunos de los enjuagues bucales pueden provocar que se produzca ardor en las zonas más sensibles de la boca, llevando a una intoxicación de la misma.
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Tinción: El uso muy frecuente de enjuagues bucales puede provocar que vayan saliendo manchas en los dientes o incluso en la lengua, provocando una tinción o pigmentación.