La extracción de las muelas del juicio es necesaria cuando estas no han salido o lo han hecho parcialmente lo que ocasionan dolor, infección, inflamación de encías o pequeños quistes en la mandíbula.
Para aliviar el dolor y la inflamación producida por estas muelas existen varios antibióticos, pero la operación es el método más efectivo para acabar con los síntomas de forma permanente.
A pesar de que la extracción de las muelas del juicio es una operación bastante sencilla, sigue siendo una intervención quirúrgica por lo que cuenta con una serie de riesgos y de efectos.
La operación no suele ser muy complicada puesto que existen diferentes técnicas para la extracción del tercer molar. La técnica más utilizada es abriendo la encía para poder alcanzar el molar y extraerlo, es el método más eficiente para aquellas personas a las que esta muela no les ha salido totalmente.
Los efectos secundarios en todas las técnicas de intervención son comunes una vez que han finalizado la operación, por ejemplo el dolor o la inflamación de las encías. Otros efectos que suelen aparecer después de esta operación es el sangrado de las encías, la dificultad para abrir la boca o el dolor de los dientes adyacentes.
Además de estos efectos, la anestesia local que se emplea en este tipo de intervenciones hace que la boca se adormezca durante unas horas. Se siente una ligera molestia que acabará cuando el efecto de la anestesia desaparezca.
Por último, es habitual que algunos pacientes tengan una infección después de la intervención. En estos casos lo adecuado es acudir a nuestro dentista para que nos recete antibióticos.
Después de analizar todos los efectos que puede ocasionar la extracción de las muelas del juicio hay que decir que este tipo de intervenciones dentales son operaciones muy sencillas y no muestran ninguna complicación a los pacientes.