El blanqueamiento dental es un método utilizado cada vez por más gente, y es uno de los tratamientos que más piden los pacientes a la hora de visitar al dentista, ya que todo el mundo quiere lucir una sonrisa bonita y con unos dientes blancos y radiantes.
Actualmente existen muchos productos que blanquean los dientes, y generalmente están compuestos por peróxido de hidrógeno que cuando se descompone provoca que el oxígeno penetre en la capa externa de los dientes y se produzca el blanqueo. No todo el mundo va a conseguir tener los dientes igual de blancos, a cada persona le afectan los tratamientos de una forma diferente, y dependiendo de los dientes de cada uno se alcanzará un tono más o menos blanco.
Muchos son los que intentan conseguir este efecto con métodos y remedios caseros, pero hay una serie de información y recomendaciones que deberías saber. Siempre hay que informarse bien en la clínica dental debido a que hay tratamientos que pueden llegar a resultar agresivos para tus dientes. Un ejemplo de ello es el jugo de limón, que junto con su piel pueden ayudarte a tener unos dientes más blancos, pero por otra parte puede reducir el calcio del esmalte dental lo que provoca que sea más vulnerable a las caries. Lo mismo ocurre con otros remedios caseros como la utilización de hidróxido de potasio y otros tratamientos ácidos.
Alternativas para mejorar el blanqueamiento
También deberías saber que los pequeños detalles son los que hacen que tengas unos dientes limpios, sanos y luciendo un color blanco por más tiempo. No siempre aplicar un tratamiento de blanqueamiento es la única solución, el cepillado regular con una pasta dental con flúor o la visita regular al dentista para hacer una limpieza profesional pueden ayudar a mantener los dientes blancos. El reducir los alimentos y comidas que puedan manchar los dientes como el café, té o vino tinto o incluso dejar de fumar son algunos de los trucos para mejorar la apariencia de tus dientes.
Claro está que estos tratamientos no duran para siempre, normalmente el tiempo estimado oscila entre 6 meses y 3 años, dependiendo de si has recurrido a métodos caseros o métodos profesionales. Por lo tanto, se recomienda hacer visitas periódicas a la clínica dental y que sea un profesional el que vaya valorando el proceso de blanqueo.